martes, 30 de junio de 2009

Dialéctica del Milagro

Sin mártires ni dictadores se acerca la dialéctica forma de decir “te quiero”

Apartando a Marx, Foucault, Baudelaire, la sinopsis teórica del diez y nueve y pico hasta acá, queda el corazón desnudo y no se necesita a Hegel para decir “te quiero”.

No hay que ser superhombres nietchistas, tampoco anticristos de prefacio y tirón, para aceptar la levedad del corazón cuando se está enamorado.

No hace falta ser el último hombre ni el fin de la historia, para entender que la soledad es el ensimismamiento en un teorema único de Narciso y su flor.

Sobra muchas veces el catecismo surrealista, políticamente institucionalizado, para saber que tu cuerpo y mi cuerpo son un solo milagro.

Sobra la reliquia de madera, el cáliz instaurado, el pecado original y el fotocopiado, el amor es más grande que un templo y su Dios encerrado.

Entonces queda decir que Marx, Foucault, Baudelaire, Nietzsche, Fucuyama, Ovidio y hasta el mismo Dios están equivocados, porque solo tú eres la dialéctica del milagro.

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