Tengo tantas dudas de ti, de mí, del mundo entero
Que las incógnitas abarcan mi soledad de penumbra,
Que trato de alcanzarlas pero nunca las tengo,
Y me falta imaginación para descifrar cualquiera de ellas.
En esta memoria de féretro, falta la lápida de mi desconsuelo,
Tal vez la muerte es necesaria para sentirse vivo,
No la del alma, ni la del escrupuloso cuerpo,
Sino la muerte de los malos recuerdos.
Tengo tantas dudas de ti, de mí, del mundo entero
Que mi pobre enciclopédica mente no logra alfabetizarlas,
Entre palabras encuentro minúsculos enigmas,
Descifrables unos, laberínticos otros.
Las dudas van pasando, simples como el viento,
Las mías y las del mundo se van simplificando,
Pero de tus dudas, estas tan tuyas
Que saben cómo herir, mejor me aparto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario